
Sin duda, la reciente manifestación de las victimas del terrorismo en Madrid me ha decidido a titular esta entrada de la siguiente forma.
Es pueril, estulto e indigno ´´ mercantilizar ´´ electoralmente el sentimiento del dolor ajeno. La segregación de las victimas en variopintas corrientes ideológicas es un claro indicativo de una total falta de unión frente al problema común de los ciudadanos españoles, el terrorismo global. No es menos cierto que la política de afrontar el terrorismo, fundamentalmente etarra, gravita en torno a dos posiciones claramente diferenciadas. Es licito tener estrategias politicas para afrontrarlo, pero desde la unión, el consenso, el sentimiento mutuo de intentar acabar con esta lacra.
Los recientes videos del PP y PSOE son una muestra de la catadura moral de ambos partidos. Es necesario dejarnos de lances personales y centrarnos en la ayuda y asistencia a estas personas, sin necesidad de encuadrar su dolor en las corrientes neoliberales o socialdemocrátas de uno u otro bando.
Y el terrorismo islámico? Otra causa olvidada estos dias, poseedora de una compleja dicotomia política más que el pleno reconocimiento de la desgracia ajena.
Y el conjunto de la población? Todos somos victimas, directa o indirectamente. La asignación en bandos hace que se pierda la noción de una problematica común e indivisible.
Asistimos a una clara perdida de capacidad de lucha de los gobiernos por el bien público, a una parcelación de la clase política que dirime los problemas mediante acuerdos con poco desgaste entre formaciones.
La clase política se hunde en el fango de su nula credibilidad, pero al fin y al cabo; que podemos hacer. Bastante preocupación tenemos por el pago de la hipoteca, el desarrollo de los hijos,drogas, estabilidad laboral, sobrevivir a final de mes con un salario irrisorio..... como para entrar en burdas conjeturas de ´´ palacio´´. Asi es la triste realidad.
Deberiamos afrontar un cambio de viraje por medio de opciones politicas con más alicientes (federalismo, republicanismo de nuevo cueño, órganos de participación ciudadana, con barometros para sancionar las actuaciones políticas ( Les suena Segolene Royal), más opciones que el mero voto en las urnas......). Por eso, la complejidad de nuestros problemas privados nos impide mostrar nuestros atormentados deseos políticos. Muchos intelectuales (Pocock,Sustein, Yael Tamir) afirman el deseo de enfatizar en la población la busqueda del interes público antes que el privado, ( una quimera con los planteamientos, politicos, sociales y económicos actuales.) .
Culturalmente aceptado en la democrática Atenas de Pericles, en la Roma Repúblicana ( optimates y populares con un tribuno de la plebe controlando ambas facciones), inaudito en la actualidad.
Decia Rajoy, ¡¡¡ Joder, qué tropa ¡¡¡¡ en una frase apropiada de Romanones. Lo genial de esta frase es que resume mi valoración sobre la actual clase política.
Es pueril, estulto e indigno ´´ mercantilizar ´´ electoralmente el sentimiento del dolor ajeno. La segregación de las victimas en variopintas corrientes ideológicas es un claro indicativo de una total falta de unión frente al problema común de los ciudadanos españoles, el terrorismo global. No es menos cierto que la política de afrontar el terrorismo, fundamentalmente etarra, gravita en torno a dos posiciones claramente diferenciadas. Es licito tener estrategias politicas para afrontrarlo, pero desde la unión, el consenso, el sentimiento mutuo de intentar acabar con esta lacra.
Los recientes videos del PP y PSOE son una muestra de la catadura moral de ambos partidos. Es necesario dejarnos de lances personales y centrarnos en la ayuda y asistencia a estas personas, sin necesidad de encuadrar su dolor en las corrientes neoliberales o socialdemocrátas de uno u otro bando.
Y el terrorismo islámico? Otra causa olvidada estos dias, poseedora de una compleja dicotomia política más que el pleno reconocimiento de la desgracia ajena.
Y el conjunto de la población? Todos somos victimas, directa o indirectamente. La asignación en bandos hace que se pierda la noción de una problematica común e indivisible.
Asistimos a una clara perdida de capacidad de lucha de los gobiernos por el bien público, a una parcelación de la clase política que dirime los problemas mediante acuerdos con poco desgaste entre formaciones.
La clase política se hunde en el fango de su nula credibilidad, pero al fin y al cabo; que podemos hacer. Bastante preocupación tenemos por el pago de la hipoteca, el desarrollo de los hijos,drogas, estabilidad laboral, sobrevivir a final de mes con un salario irrisorio..... como para entrar en burdas conjeturas de ´´ palacio´´. Asi es la triste realidad.
Deberiamos afrontar un cambio de viraje por medio de opciones politicas con más alicientes (federalismo, republicanismo de nuevo cueño, órganos de participación ciudadana, con barometros para sancionar las actuaciones políticas ( Les suena Segolene Royal), más opciones que el mero voto en las urnas......). Por eso, la complejidad de nuestros problemas privados nos impide mostrar nuestros atormentados deseos políticos. Muchos intelectuales (Pocock,Sustein, Yael Tamir) afirman el deseo de enfatizar en la población la busqueda del interes público antes que el privado, ( una quimera con los planteamientos, politicos, sociales y económicos actuales.) .
Culturalmente aceptado en la democrática Atenas de Pericles, en la Roma Repúblicana ( optimates y populares con un tribuno de la plebe controlando ambas facciones), inaudito en la actualidad.
Decia Rajoy, ¡¡¡ Joder, qué tropa ¡¡¡¡ en una frase apropiada de Romanones. Lo genial de esta frase es que resume mi valoración sobre la actual clase política.
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